¿Qué puedo enseñar?
¿Qué quieres aprender?
Quiero ser feliz en cada instante.
¿Qué es lo que te impide serlo?
Él frió, el cansancio, la tristeza, el que me sienta vacío con cualquier cosa, el que llame al Padre y todo persista, el que no me conmueva la naturaleza, las personas, el que sienta ¿Qué hago yo aquí?, la indecisión, la duda, los miedos, la enfermedad.
Cada vez que sientes algo de eso, te has identificado con ello, sea lo que sea. Te vuelves el frío, el miedo, el cansancio o la depresión, la enfermedad, la tristeza, la ira, la rabia... Cuando eres ello, no eres consciente y pierdes la memoria de quien eras un instante antes y actúas bajo ese mismo patrón que has adoptado.
Solo hace falta un instante para reconocerlo y dejarlo ir. Todos los demás remedios son trampas para seguir prolongando esa agonía que tú mismo has elegido.
Da gracias cada vez que vuelvas a caer, pues tienes la oportunidad de ir cambiando patrones en tu mente que te han tenido encadenado toda tu vida y es hora de liberarlos.
Decide ahora en este mismo instante que no eres esa persona enferma, triste, insatisfecha, miedosa, o como tú mismo te definas y en ese mismo instante ya no serás el mismo. Quizás no lo sientas en ese momento, pero lo veras en breve.
Trae a tu mente un recuerdo de paz y felicidad, y traslada ese estado al presente.
Solo es una decisión firme, con convicción, sin vuelta atrás como quien lleva 40 años fumando y un día decide no volver a probarlo, hace falta esa misma resolución.
¿Qué me estas queriendo decir, que yo mismo elijo estar mal, sea de la forma que sea?
Por supuesto, tú eres responsable no solo de lo que a ti te acontece, también de todo lo que percibes. No te pido que lo creas, te pido que lo experimentes, porque el creerlo no te sirve para mucho.
¿Cómo puedo experimentar que soy yo mismo quien crea todo lo que me acontece?
Decide cambiar algo que siempre has dado por hecho que “tú” eres así y que siempre serás de esa manera y veras como cambias, tú mismo te pones los límites. Cuantas veces has dicho “yo soy así”. Hazlo con convicción, no te importe si vuelves a caer, porque a veces cuesta algo romper viejos patrones, vigila tus pensamientos, y observaras como eres tú mismo quien crea todas tus situaciones, apóyate en quien vaya por delante y da por hecho que es mucho más fácil de lo que te imaginas.
¿Entonces, porqué persiste una situación una vez que reconoces que eres tú mismo quien la ha creado?
Cuando la mente se queda atrapada en una situación determinada, como puede ser la tristeza, el solo hecho de decirte a ti mismo soy responsable de esta tristeza que siento, no hace que de repente te pongas a cantar de alegría, pero es el primer paso, para que dejes de identificarte con ella y pongas tu atención en lo opuesto.
En algún sitio del curso de milagros, dice que cuando en una mente recta entra un pensamiento erróneo, detrás de ese van mil más. El ego es especialista en buscar cualquier excusa, para prolongar en el tiempo eso con lo que te identificas.
Por lo tanto, no solo tienes que reconocer que tú mismo te has metido en esa situación en la que te encuentras, también debes de querer salir de ella y para ello tienes una ayuda que nunca té falla y es pedir ayuda al mediador entre Dios y tu, confiar en que has sido escuchado y que ya se te ha dado la respuesta. Ahora olvídate de lo que sentías y permite que la corrección te llegue. Si continuas dejando que tu mente siga mirando el problema, tu mismo le estas dando fuerza y estas impidiendo que te llegue la ayuda que has solicitado.
La solución es sencilla, solo requiere práctica, al principio es posible que no veas los resultados. Como toda cosa que quieres aprender, requiere que le dediques atención. Si hoy mismo decides aprender un idioma, ¿cuanto tiempo necesitas dedicarle hasta que tienes la soltura suficiente para desenvolverte?.
¿Es lo suficientemente importante para ti, querer ser feliz a cada instante como para dedicar el tiempo que haga falta para cambiar esos patrones en tu mente que te hacen infeliz?
Dios puso la solución al lado del problema, si confías en Él, todo será mucho más fácil.
Un gran abrazo.
¿Qué quieres aprender?
Quiero ser feliz en cada instante.
¿Qué es lo que te impide serlo?
Él frió, el cansancio, la tristeza, el que me sienta vacío con cualquier cosa, el que llame al Padre y todo persista, el que no me conmueva la naturaleza, las personas, el que sienta ¿Qué hago yo aquí?, la indecisión, la duda, los miedos, la enfermedad.
Cada vez que sientes algo de eso, te has identificado con ello, sea lo que sea. Te vuelves el frío, el miedo, el cansancio o la depresión, la enfermedad, la tristeza, la ira, la rabia... Cuando eres ello, no eres consciente y pierdes la memoria de quien eras un instante antes y actúas bajo ese mismo patrón que has adoptado.
Solo hace falta un instante para reconocerlo y dejarlo ir. Todos los demás remedios son trampas para seguir prolongando esa agonía que tú mismo has elegido.
Da gracias cada vez que vuelvas a caer, pues tienes la oportunidad de ir cambiando patrones en tu mente que te han tenido encadenado toda tu vida y es hora de liberarlos.
Decide ahora en este mismo instante que no eres esa persona enferma, triste, insatisfecha, miedosa, o como tú mismo te definas y en ese mismo instante ya no serás el mismo. Quizás no lo sientas en ese momento, pero lo veras en breve.
Trae a tu mente un recuerdo de paz y felicidad, y traslada ese estado al presente.
Solo es una decisión firme, con convicción, sin vuelta atrás como quien lleva 40 años fumando y un día decide no volver a probarlo, hace falta esa misma resolución.
¿Qué me estas queriendo decir, que yo mismo elijo estar mal, sea de la forma que sea?
Por supuesto, tú eres responsable no solo de lo que a ti te acontece, también de todo lo que percibes. No te pido que lo creas, te pido que lo experimentes, porque el creerlo no te sirve para mucho.
¿Cómo puedo experimentar que soy yo mismo quien crea todo lo que me acontece?
Decide cambiar algo que siempre has dado por hecho que “tú” eres así y que siempre serás de esa manera y veras como cambias, tú mismo te pones los límites. Cuantas veces has dicho “yo soy así”. Hazlo con convicción, no te importe si vuelves a caer, porque a veces cuesta algo romper viejos patrones, vigila tus pensamientos, y observaras como eres tú mismo quien crea todas tus situaciones, apóyate en quien vaya por delante y da por hecho que es mucho más fácil de lo que te imaginas.
¿Entonces, porqué persiste una situación una vez que reconoces que eres tú mismo quien la ha creado?
Cuando la mente se queda atrapada en una situación determinada, como puede ser la tristeza, el solo hecho de decirte a ti mismo soy responsable de esta tristeza que siento, no hace que de repente te pongas a cantar de alegría, pero es el primer paso, para que dejes de identificarte con ella y pongas tu atención en lo opuesto.
En algún sitio del curso de milagros, dice que cuando en una mente recta entra un pensamiento erróneo, detrás de ese van mil más. El ego es especialista en buscar cualquier excusa, para prolongar en el tiempo eso con lo que te identificas.
Por lo tanto, no solo tienes que reconocer que tú mismo te has metido en esa situación en la que te encuentras, también debes de querer salir de ella y para ello tienes una ayuda que nunca té falla y es pedir ayuda al mediador entre Dios y tu, confiar en que has sido escuchado y que ya se te ha dado la respuesta. Ahora olvídate de lo que sentías y permite que la corrección te llegue. Si continuas dejando que tu mente siga mirando el problema, tu mismo le estas dando fuerza y estas impidiendo que te llegue la ayuda que has solicitado.
La solución es sencilla, solo requiere práctica, al principio es posible que no veas los resultados. Como toda cosa que quieres aprender, requiere que le dediques atención. Si hoy mismo decides aprender un idioma, ¿cuanto tiempo necesitas dedicarle hasta que tienes la soltura suficiente para desenvolverte?.
¿Es lo suficientemente importante para ti, querer ser feliz a cada instante como para dedicar el tiempo que haga falta para cambiar esos patrones en tu mente que te hacen infeliz?
Dios puso la solución al lado del problema, si confías en Él, todo será mucho más fácil.
Un gran abrazo.