viernes, 20 de junio de 2008

¿Des-Amor ó Amor?


Mi querida amiga, hoy me llamaste y tenías el corazón roto, pues tu Amor (que no es el tuyo propio), había decidido seguir por su cuenta.

Esa experiencia me es muy conocida y es curioso que hayas contactado conmigo.

Ya sabes que todo lo que sientes, tristeza, dolor, pena, soledad, ganas de llorar y todo lo que le quieras añadir, NO ES REAL es tu propia mente.

No niegues tus sentimientos, deja que todos sean plenos, SIN RESISTENCIA, si tienes ganas de llorar LLORA.

Lo que hay de verdadero en esa relación, no se separa, ni se pierde, siempre permanece unido, así que dale un gran abrazo a tu ex-pareja, dale las gracias por todo lo que te ha dado con agradecimiento, sin dolor y déjale libre y gana TU LIBERTAD.

Todo está sucediendo de forma perfecta, es tu percepción quien no lo acepta y no quiere verlo de esa manera.

Quizás necesites soltarlo para poder tenerlo, ¿Quien sabe a donde nos llevará el siguiente paso? y ¿Quien lo quiere saber?.

Si Dios está contigo donde quiera que tu vas, ¿Que puede pasar que perturbe tu paz?, no será acaso que te has olvidado de tú compañero inseparable.

Si no pones resistencia, te garantizo que las lágrimas que te salgan te llevarán a la paz.

No te preocupes por donde vas a estar, déjate llevar, en la CONFIANZA y en la PAZ, encontraras la respuesta.

Te tengo bien presente, no te preocupes por nada.

Empieza pronto a sonreír y a llenar al mundo con tu Luz.

No te has equivocado en nada.

Un gran abrazo para los dos.


miércoles, 11 de junio de 2008

... Y el sunami volvió de nuevo ...


Fue un sunami muy extraño, pues aparentemente nada sucedía cuando la desolación y la tristeza se pusieron en el trono. Escondido en medio de la calma estaba el caos haciendo ruido.

Se hizo muy largo ese invierno, daba la impresión de que era eterno.

Quitándole importancia, aceptando que era mi propia creación, tomando de ejemplo al bambú que dobla ante las tempestades y no se resiste y pidiendo ayuda al cielo, apareció la primavera y de repente empezaron a brotar pensamientos de Amor, perdón, alegría y felicidad.

Apenas pude disfrutarlo pues no me dí cuenta y el sunamí retorno y volvió a zarandearme y revolcarme de nuevo, dejandome de nuevo roto y destrozado.

Me volví a dejar arrastrar sin poner resistencia y esperé pacientemente a que pasara de largo.

Pedí ayuda al cielo de nuevo, pedí reconocer la luz en la que creía y de nuevo se hizo primavera y lo que antes eran lágrimas ahora era alegría, lo que antes pesaba ahora era ligero.

Mi petición fue oída y se me mostró la luz y cuando me di cuenta me heche a reír porque la luz siempre ha estado conmigo, pero no la reconocía.

Bendito sunami de ida y vuelta.

Gracias Padre porque cada vez, que me levanto estoy más cerca de ti.

Gracias porque ya me lo has dado todo.