miércoles, 11 de junio de 2008

... Y el sunami volvió de nuevo ...


Fue un sunami muy extraño, pues aparentemente nada sucedía cuando la desolación y la tristeza se pusieron en el trono. Escondido en medio de la calma estaba el caos haciendo ruido.

Se hizo muy largo ese invierno, daba la impresión de que era eterno.

Quitándole importancia, aceptando que era mi propia creación, tomando de ejemplo al bambú que dobla ante las tempestades y no se resiste y pidiendo ayuda al cielo, apareció la primavera y de repente empezaron a brotar pensamientos de Amor, perdón, alegría y felicidad.

Apenas pude disfrutarlo pues no me dí cuenta y el sunamí retorno y volvió a zarandearme y revolcarme de nuevo, dejandome de nuevo roto y destrozado.

Me volví a dejar arrastrar sin poner resistencia y esperé pacientemente a que pasara de largo.

Pedí ayuda al cielo de nuevo, pedí reconocer la luz en la que creía y de nuevo se hizo primavera y lo que antes eran lágrimas ahora era alegría, lo que antes pesaba ahora era ligero.

Mi petición fue oída y se me mostró la luz y cuando me di cuenta me heche a reír porque la luz siempre ha estado conmigo, pero no la reconocía.

Bendito sunami de ida y vuelta.

Gracias Padre porque cada vez, que me levanto estoy más cerca de ti.

Gracias porque ya me lo has dado todo.

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