jueves, 29 de noviembre de 2007

Sesion con Martina

Ayer tuvimos una sesión con la Maestra Martina, habló muy poco y dijo que más que poner más palabras, quería que hicieramos un dibujo.

Nos sacó un párrafó de texto, del que dijo, que teníamos 20 minutos, para leerlo y dibujar algo en relacción con ello.

Me gustó la experiencia, aunque no tenía ni la menor idea de que dibujar, se me pasaban algunas imágenes por la cabeza pero no sabía como dibujarlas y me parecía que no eran muy adecuadas. Pasaba el tiempo y seguía sin saber que dibujar. Me propuse dibujar lo que fuera y pedí ayuda, segúi sin saber que hacer y entonces me puse a garabatear y dejé que la mano siguiera "manchando el papel".

Cuando dijeron que el tiempo ya se había terminado, me heche a reir de lo que había dibujado. Yo hubiera querido hacer algo que reflejara muy claramente lo que el texto decía, nada que ver con esos garabatos. Al principio empezó a salir la gente a explicar sus dibujos y pensé en no salir, pero recordé una historia de una vez que un pintor se empeño en enseñarme a pintar en forma abstracta, solo me dió dos lecciones, en ellas me decía que eligiera un color, el que me pareciera y muy despacio, empezara a "manchar" la tela, que no buscara hacer formas, que dejara que las "manchas" se fueran extendiendo sin control.

Eso fuí haciendo hasta que cubrí toda la tela, el siguiente paso fué empezar a poner encima manchas pequeñas con distintos amarillos.

Cuando me dí cuenta, me quedé parado no sabía como continuar el cuadro, habían aparecido muchas caras, una cueva y distintas formas que insinuaban que podían ser ciertas cosas.

Me sorprendió y a la vez me gustó, que sin proponer ni un tema ni nada, de repente te fueran apareciendo las cosas por si solas. Este dibujo representa para mí, que para que suceda el milagro, tengo que apartarme y dejarle paso.

Este trabajo que nos propuso Martina, me lo ha recordado, en ese dibujo me quité a mi mismo del medio y estoy seguro que el milagro se produjo en el, aunque como mi percepción busca algo distinto no lo vé, pero el que me hiciera reir, ya es un milagro.

A continuación pongo el texto y al final una copia de algunos de los dibujos que se hicieron.

El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo. En el plano longitudinal u horizontal el reconocimiento de la igualdad de los miembros de la filiación parece requerir un tiempo casi interminable.

El milagro, no obstante, entraña un cambio súbito de la percepción horizontal a la vertical. Esto introduce un intervalo del cual tanto el que dá como el que recibe emergen mucho más adelantados en el tiempo de lo que habrían estado de otra manera.

El milagro, pues, tiene la propiedad única de abolir el tiempo en la medida que hace innecesario el intervalo de tiempo que abarca. No existe relación alguna entre el tiempo que un milagro tarda en llevarse acabo y el tiempo que abarca.

El milagro substituye a un aprendizaje que podría a ver durado miles de años. Lo hace en virtud del reconocimiento implícito de la perfecta igualdad que existe entre el que dá y el que recibe en la que se basa el milagro.

El milagro acorta el tiempo al producir su colapso, eliminando de esta manera ciertos intervalos dentro del mismo. Hace esto, no obstante, dentro de la secuencia temporal más amplia.












1 comentario:

  1. Que hermoso trabajo Emilio... Dios te bendiga... eres una estrellita tan hermosa en mi mundo... GRACIAS... ES SIMPLEMENTE PRECIOSO!!!!!!!!!!!!!!!

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