miércoles, 19 de diciembre de 2007

La Tortuga




Había una vez una tortuga, que buscaba a Dios. Estaba frustrada porque se sentía encerrada en su caparazón y porque quéría volar y correr. Quería ser libre, no tener miedo nunca de nada, ser feliz allí donde estuviese y con quien fuera, ser eterna, repartir siempre felicidad y Amor.


Había oido que ese poder estaba dentro de ella, que solo tenía que recordarlo, que todos sus sueños eran pequeños para lo que realmente era y eso la hacía sentirse extraña en el mundo que veia, cada vez encajaba menos.


Estaba confundida, sabía cual era su meta, pero la vida le mostraba distintos caminos y no sabía que hacer, le creaba un conflicto, tenía que elegir y eso no le gustaba nada.


Quería oir una voz que le guiara y por miedo a equivocarse, se quedaba sin hacer nada.


Un día estaba tán harta de si misma, que se hecho a llorar y se prometío a si misma nunca más volverse a quejar y dejar de luchar en su mente, perdió el miedo a equivocarse se dijo a si misma que el camino a la meta estaba dentro de ella y fuera donde fuera el camino iria con ella.


Se lanzó al agua y se puso a nadar y nadar y nadar ... se olvidó de quien era y recordo quien Es y desapareció.


En la playa por unos instantes, unos niños que conocian la tortuga dicen que la vieron junto a unas rocas, pero cuando fueron a tocarla, se elevó en el cielo y desapareció volando. Nadie más vió lo que ellos.
¿Quien sabe quizas solo sean fantasias de los niños?


1 comentario:

  1. Bellísimo!!! Realmente preciosa la manera en que explicas que para recordar nuestra identidad Divina, y re-encontrarnos con nosotros mismos debemos rendirnos al Amor y en plena confianza de saber que la Vida nos cuida.

    Gracias por compartirlo!!!

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