jueves, 28 de noviembre de 2013

Las Señales del camino.

Pensaba en un extracto de un libro, como a una persona le decía una cosa y a otra todo lo contrario.

Me vino la idea de que cualquier mensaje era como una señal de tráfico y que cada cual veía según las gafas que llevara. En este caso uno veía un STOP y otro la entrada a una autopista.

Lo hemos oído muchas veces, la vida es dependiendo de color del cristal con que lo mires.

Desde donde damos esa respuesta, indica el lugar donde nos encontramos, no permanentemente, pues la vida es continuo movimiento, pero sí en ese instante, aunque muchos deciden prolongarlo e ir en contra de la corriente de la vida.

Para mí, es fácil ver los juicios, los miedos, los apegos, las creencias, las ilusiones. Que fácil es que cualquiera de ellas se interpongan en nuestra visión y nos impidan ver la señal tal cual es.

Caminamos por el mundo ciegos y sordos, siguiendo señales equivocadas, dando grandes rodeos, sufriendo y haciendo sufrir y damos por hecho que en eso consiste la vida, aprender a base de golpes, de sufrimiento, de esfuerzo y eso es lo que enseñamos y morimos inconscientes, pues  las decisiones que tomamos, realmente no las tomamos nosotros, són nuestros miedos, apegos, creencias erróneas, ilusiones sin sentido que nunca nos cuestionamos.

La humanidad sigue pidiendo un cambio, pero el cambio que pide es solo un parche, no está pidiendo nada real. Pedir que cambie el mundo es estar dormido, el mundo es un efecto, no es el mundo el que tiene que cambiar.

Mientras no seamos libres seguiremos sufriendo, no seremos capitanes de nuestro barco y navegará a la deriva. Y no somos libres cuando estamos llenos de miedos, de odios, de rencores, de juicios, de apegos, de ilusiones. Con todo ese bagaje es imposible ver con claridad las señales que la vida nos pone delante.

¿Porqué la humanidad sigue teniendo miedo a la muerte, si la muerte no existe, si hasta la ciencia dice que la energía no se destruye si no que se transforma?

¿Porqué tantos apegos, tanto sufrimiento si nos deja la pareja, si perdemos el trabajo, si fallece alguien cercano, etc…?

¿Porqué tanto miedo al futuro, tantas enfermedades, tantas adicciones, tanto huir del presente?

La vida es muy sencilla cuando te despojas de todas las cargas que llevas, cuando te desapegas, cuando te liberas a ti mismo de tu propia prisión. Querer cambiar el mundo es huir de uno mismo. No hay que cambiar el mundo, el mundo cambia por sí mismo pues es una manifestación de la conciencia, por lo tanto un efecto y este cambia, cuando cambia la conciencia, no al revés.

Si la humanidad aceptara el mundo tal y como es y mirase en sí mismo lo que el mundo le muestra, o sea la viga en el propio ojo, entonces y solo entonces sería cuando empezaríamos a ver un mundo nuevo, pues es imposible si nos hacemos conscientes de que nos lo estamos haciendo a nosotros mismos, que sigamos haciéndonos daño.

No depende de nada externo, la solución siempre estuvo en nosotros, podemos dejar de sufrir ahora mismo, podemos decidir que nada nos quitará la paz NUNCA pues no hay nada que temer, somos inmortales, somos seres eternos que por un instante navegamos en la nave tierra.

No tenemos que ganarnos el cielo, nosotros venimos de allí, seguimos siendo quienes somos incluso aunque no lo recordemos.

JesuCristo cuando sanaba a un enfermo le decía: “Tu Fe, te ha salvado”. Era la Fe, la que sanaba al enfermo y esa no se la daba JesuCristo, esa ya estaba en él. Entonces, porqué no decidimos confiar plenamente aunque no entendamos nada, porqué no permitimos que la vida sea como es sin querer cambiarla, porqué no hacemos como el bambú, que ante las tempestades se dobla y no ofrece resistencia.

La vida es un gran regalo y nuestro paso por aquí es tan efímero que es una pena que malgastemos tan maravilloso tiempo en quejas y lamentaciones, en no aceptar lo que es y proyectar siempre un futuro mejor, con lo cual estamos negando el presente.

Hoy en día es evidente que eso es una elección y yo ya hice la mía.

Quien quiera mover ficha, puede hacerlo.


Abrazos sin tiempo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Y que pasaría si...?

¿Y que pasaría si…?

¿Que pasaría si nos quedásemos sin electricidad, sin petróleo, sin gas.?

¿Qué pasaría si desapareciesen las medicinas, la tecnología?

¿Qué pasaría si no hubiera coches, aviones, barcos?

¿Qué haríamos sin Internet, sin móviles, sin TV, ni radio, ni periódicos?

¿Qué pasaría si no hubiese fronteras, si no hubiese gobiernos, si no hubiese armas?

Podría seguir pasando lo mismo que está pasando, podríamos seguir matándonos, podríamos seguir luchando por tener más que el otro, podríamos seguir queriendo cambiar a los demás y no aceptando las diferencias, podríamos seguir sacando la parte más oscura, seguir sufriendo y morir amargados y vacíos.

Pero también podríamos decidir disfrutar ese momento, podríamos aprovechar todo ese tiempo del que dispondríamos para relacionarnos con los demás, para apoyarnos a salir adelante, para cuidar de nuestros padres, hijos y abuelos.

Podríamos aprovechar para estar más unidos, no solo a nivel de familia, en todos los niveles.

Para ser felices no hace falta muchas cosas, no hace falta ser esclavo de posesiones, con muy poco puedes tenerlo todo.

Primero se es Feliz y luego se tiene o no se tiene todo lo demás y no al revés.

Si no tengo ni electricidad ni petróleo, quizás tenga que usar mis manos, quizás tenga que seguir el ritmo de la naturaleza.

Si no tengo medios de transporte, quizás tenga que moverme hasta donde me lleven mis propias piernas.

Si no tengo internet, ni teléfono, ni TV, ni radio, quizás deba estar más tiempo con la familia, con los amigos, con los vecinos.

Si no hay gobiernos, quizás aprendas a gobernar a mi propia vida, podría hacerme responsable de ella.

Si no hay medicinas, podría darme cuenta que toda medicina está dentro de mí, que nada externo puede afectarme si yo no le cedo ese poder.

No hace falta que nada de lo que conocemos desaparezca, para darnos cuenta de quienes somos, pero en gran medida todas esas comodidades son juguetes que nos mantienen distraídos y nos nublan la visión.

Somos seres eternos y esta vida es solo un lapso en el tiempo. Somos todos hermanos y cada uno en su interior alberga algo excepcional, único.

No hay nada que temer, la muerte no existe, el cuerpo es solo un traje que se cambia cuando ha cumplido su función.

El miedo es el causante de todo sufrimiento, es hora de decirle adiós definitivamente, para siempre, sea lo que sea que se nos presente.

Si nuestro ser más querido se nos adelanta, despidámoslo con alegría y soltemos todo dolor. Si nos echaron del trabajo o no lo tenemos, no perdamos nunca la confianza que siempre tendremos lo que realmente necesitemos.

Si aparece un león fiero y hambriento y no podemos escaparnos, rindámonos y ofrezcámonos de alimento, demos gracias por lo que hemos vivido y recordemos que ahí no se acaba nada, estemos abiertos al siguiente paso.

Sea lo que sea que pueda pasarnos, aunque pueda parecernos que es insufrible, eso no es nuestra realidad, eso pasará y cada menos lo resistamos menos sufriremos.

El mundo no es tan serio como nos lo pintan, el mundo es una gran obra de teatro. Muchos son los que eligen vivir el drama y llevarlo hasta el final de sus vidas, también hay quién acepta este viaje como lo que es y lo disfruta sin pretenderlo cambiar y se maravilla de todos los milagros que le rodean, pues todo lo que vemos, oímos, tocamos, olemos o saboreamos, son manifestaciones de la conciencia.

Es un gran regalo estar en el mundo a pesar del caos aparente, al cual le tenemos que estar muy agradecidos pues sin el, seguiríamos dormidos, ciegos y moriríamos vacíos.

Solo queremos tener maestros que dicen palabras muy bonitas y armónicas, pero también son maestros, aquellos que sacan lo peor de nosotros, ellos son los que nos pasan el examen a ver si es real lo que decimos ó creemos haber aprendido.

Es hora ya de darles gracias a todos aquellos que no entendemos, a quienes nos sacan de nuestras casillas, a quienes no queremos ver a nuestro lado, ellos han aceptado un papel en la obra que nosotros no quisiéramos para nosotros mismos, ellos también han olvidado quienes son, de donde vienen y a donde van. 

Ellos, necesitan nuestro Amor, nuestra comprensión, nuestra compasión.

Si hay un solo ser que no amamos incondicionalmente seguiremos sufriendo, pues no estaremos completos.

Es fácil amar a quien te da lo que tu quieres, pero que difícil es Amar a quien te ofende, a quien va en contra de tus principios, a quien no piensa como tú etc… Y sin embargo ahí es donde se nos pone a prueba de si realmente sabemos Amar.

Es fácil Amar al prójimo sea quien sea cuando no olvidamos que es nuestro hermano, cuando no juzgamos sus actos y comprendemos que él está haciendo lo mejor que sabe desde su nivel de conciencia y por lo tanto, lo aceptamos tal y como se muestra en ese instante.

Que suerte que tenemos, que tengamos la llave del fin del sufrimiento, de la Paz y del Amor, que no dependa de nada ni de nadie externo y que sea una lección tan sencilla.

Tanto tiempo buscando fuera y lo teníamos tan cerquita.

Ya sabes que te Amo, miraré la obra de teatro a ver tu papel y recordaré quien eres.


Abrazos sin tiempo.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Mi Re-nacimiento

No nacemos solo cuando salimos de nuestra madre, nacemos a cada instante, incluso aunque nos empeñemos en seguir siendo los mismos. Hace poco sentí que nacía de nuevo, que se cerraba una etapa y comenzaba otra y cuando sentí eso, decidí escribir ese instante, mis primeros pasos, mis primeras palabras.

Viene de nuevo al mundo el 9 de noviembre a las 11 pm del 2013 y llegué con el recuerdo de mi nombre, de hecho recordé mi nombre y nací de nuevo, cerré un círculo de muchos nombres hasta llegar al origen.

Me dí cuenta que cada nombre fue un maestro, que no solo tuve los nombres que me pusieron, que además tuve más nombres que nadie nombró nunca. También lo desagradecido que había sido con cada uno al no apreciar las lecciones que me enseñaron.

Esta vez nada más nacer ya estaba escribiendo, recordando cada nombre y lo que me venía asociado con él.

Luego me apeteció de recién nacido irme a caminar por la noche, primero por el pueblo donde nací, luego hasta un pueblo vecino, sentí que en mi primer día de vida quería estar despierto y quería celebrar mi nacimiento.

Ahora el sueño me tentaba, pero antes de dormirme quiero recordar todos mis nombres para no volver a olvidar que no solo soy una cosa determinada, que soy muchas, que soy todas.

He tenido nombres muy diversos, grandes maestros que me acompañan en este viaje.

Vivo en la paradoja, en la unidad y en la multiplicidad, en la soledad y en compañía, en el silencio y en el bullicio y desde este lugar quiero ser libre de expresar lo que siento, desde esta inocencia de ser un recién nacido, sin prejuicios, sin miedos, libre de ataduras, de deseos, de juicios, libre de adicciones, de resultados.

La vida es un inmenso regalo y el mundo en el que vivimos es un paraíso, el que no seamos conscientes no quiere decir que no lo sea. Estamos rodeados de Milagros, todo lo que nos rodea es un milagro, porqué todo es una manifestación de nuestro potencial creativo, por lo tanto la creación no es buena ni mala, sencillamente Es, y refleja perfectamente el "lugar" en que nos encontramos. 

Si juzgamos la creación, inconscientemente nos juzgamos a nosotros mismos y al hacerlo, cerramos la puerta a la verdad que hay detrás de esa apariencia, por lo tanto, nos condenamos a nosotros mismos a seguir en la ignorancia.

La humanidad quiere un cambio, pide un mundo nuevo y no se da cuenta de que lo tiene al lado, tan, tan cerquita que ni siquiera se atreve a mirarlo. Se pierde en las grandes cosas con las que no puede hacer nada y deja las pequeñitas de lado, las cuales són su única responsabilidad.

Como vamos a cambiar el mundo si nosotros permanecemos en el mismo lugar. La primera responsabilidad es nuestro propio mundo interno. No se puede dar lo que no se posee, no se puede Amar si no se sabe lo que es el Amor.

Si hubiese un artista enfermo, que creara este mundo tal y como es, no solucionamos nada corrigiendo sus obras, queriéndolas mejorar, borrando los errores, porque sus creaciones seguirían reflejando su estado interno, su enfermedad y en vez de sanar el origen, sanar al creador de la obra, nos pasamos la vida entera corrigiendo sus errores. Eso, es lo que estamos haciendo con el mundo.

Ya va siendo hora de que tomemos conciencia que somos los creadores de nuestro mundo, que si estamos siempre temiendo la enfermedad, enfermamos, que si somos positivos creamos armonía. Ya va siendo hora que sanemos al creador, que empecemos a amarle de verdad, a escucharle, a dedicarle tiempo, a conocerle.

No dejemos al artista que llevamos dentro aislado entre los barrotes de nuestros propios pensamientos, de nuestras propias creencias erróneas, pongamos nuestro empeño en liberarlo de la cárcel donde lo tenemos cautivo y entonces y solo entonces, nuestro mundo florecerá, viviremos en un mundo de paz independientemente lo que externamente acontezca y entonces y solo entonces es cuando en el mundo externo se pueden producir cambios verdaderos. 

La creación se hace desde dentro hacia fuera y no al revés.

Quien quiera dejar de sufrir, que llegue a ver a su peor enemigo como su hermano, que ponga en práctica en su vida el perdón verdadero, ese que reconoce que el otro a pesar de las apariencias es su hermano y que todos hacemos lo mejor que sabemos desde la conciencia en la que en ese instante tenemos.

Lo que no perdonamos en los demás, no lo perdonamos en nosotros mismos, quien nos ataca es alguien que está pidiendo Amor, desde el nivel en que se encuentra. 

Él quiere que tu le des, lo que te gustaría que a ti, que te diesen cuando tu ocupas su lugar y lo pide en ese momento de esa manera. Quizás cuando tu le perdones, aprenda con tu perdón a hacerlo de otra.

El miedo es otro gran obstáculo, solo hay dos energías a las que podemos acudir para hacer cualquier cosa, el Miedo o el Amor, depende a quien pidamos consejo viviremos unas consecuencias u otras.

Empezar a ser consciente de con que consejero estamos tomando nuestras decisiones es lo que nos va a permitir tomar el timón de nuestro barco.

Y la otra llave es el Amor incondicional, no se puede amar solo a ratos, o solo si te dan algo a cambio, o porque negociamos unas condiciones, o si completas lo que me falta, o si en vez de liberar encadena. Ese tipo de amor genera sufrimiento, no se puede dar lo que no se tiene. El verdadero Amor, no necesita a otro, él ya es completo y se une a otro que también es completo, que es libre, que no pide nada a cambio, que no pone condiciones, que acepta lo que es, tal y como es.

Si hay un solo aspecto de la creación, a un solo hermano que no amemos, nos lo estamos negando a nosotros mismos, estaremos incompletos y nada llenará ese vacío salvo llevar el amor a ese rincón escondido.

Merece la pena atravesar cualquier obstáculo, levantarse en cada caída, ver lo que nos muestra el exterior y mirar dentro de uno mismo. 

Quien quiera dejar de sufrir, tiene un trabajo muy hermoso, conocerse a sí mismoen todas sus facetas, perdonarse, aceptarse,comprenderse, Amarse y desde ese lugar, extenderlo a todo el que cruce por su vida.

No hay nada que temer, el miedo es un obstáculo a la visión, una barrera que nos impide fluir con la vida, que nos encadena y genera desarmonía y sufrimiento, una carga demasiado pesada que si no soltamos acaba llevándonos a la tumba.

La muerte no existe, es solo un cambio. La energía no se destruye se transforma. Somos seres eternos y solo por un instante muy pequeño en el tiempo decidimos experimentar la materia. Somos creadores, el mundo no es nuestro hogar, es solo un parque de atracciones donde venimos a experimentar todo tipo de sensaciones, donde nos venimos a templar, a probarnos a nosotros mismos, donde venimos a florecer, a reconocernos, a dar lo mejor que tenemos.

Hoy nací de nuevo y esta vez en mi peregrinaje por el mundo, no quiero olvidar quien soy, no quiero permitir que el mundo me lo diga, quiero llevar mi recuerdo presente allí donde vaya y por eso lo escribo, por si algún día lo olvido y vuelvo a entrar en la inconsciencia que ya he vivido.

Yo no soy un nombre y los soy todos.

Que la Paz sea contigo herman@ y que te reconozcas. Feliz Re-nacimiento.

Abrazos sin tiempo

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Aprendiendo a perdonar

 El día que la humanidad aprenda a perdonar, ese día se liberará de una gran carga, se dará un paso enorme hacia la Paz.

Que no sabemos perdonar es muy evidente, no hace falta más, que mirar el mundo que nos rodea, si es que aún no hemos aprendido a mirar en nuestro propio interior.

No quiero decir que no haya que hacer o decir nada cuando algo nos remueve, es desde donde lo hacemos, lo que contribuye a la guerra o a la paz interna y externa.

Si por ejemplo tu pareja te grita porque no te entiende o porque sencillamente se le han cruzado los cables, o porque el partido político que gobierna tu país esta corrupto y hace todo al revés, o porque tu jefe te deja en la calle sin trabajo, o porque alguien se burla y se ríe de ti y saca tus defectos a relucir o porque las noticias sobre las injusticias del mundo saquen lo peor de ti, la rabia, ira, frustración, deseo de venganza etc., en cualquiera de estos casos o de cualquier otro que la vida nos presente en los cuales perdamos la paz y nos sintamos confrontados, no estamos ayudando a la sanación y estamos contribuyendo a la guerra.

Perdonar es mucho más fácil de lo que nos creemos, solo hace falta comprender, que el otro, el que te ofende, maltrata, roba o castiga es tu hermano y que él, desde su conciencia está obrando lo mejor que sabe y puede. Si pudiésemos ponernos en su lugar, seguramente haríamos lo mismo que el nos está haciendo.

Es la ignorancia la que nos hace actuar de esa manera, el haber olvidado quienes somos y quien son los demás.

Si lo que nos mueve a actuar es la rabia, el sentirnos ofendidos, el dolor, la ira, el deseo de venganza, el hecho de creer tener razón, estamos contribuyendo a extender el conflicto y nos estamos perdiendo una gran oportunidad de liberarnos de la gran carga de la reacción y también la oportunidad de ofrecerle al otro sanación a través de nuestro reconocimiento de la verdad.

Si por el contrario somos capaces de recordar que quién está delante provocándonos, es nuestro hermano, que hace lo mejor que puede desde su propia conciencia, entonces, en vez de ver un ataque, podemos ver una petición de ayuda.

Quien nos ataca está diciéndonos que no sabe como expresar lo que está sintiendo, que se siente dolido, que se siente atacado y si ninguno de los dos se para a escuchar de verdad entonces se produce la guerra, la lucha por tener la razón.

Hubo un personaje en la historia al que le clavaron en la cruz y refiriéndose a todos los que le habían martirizado y crucificado dijo: “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”,  no se me ocurre mejor ejemplo que este. Él nos mostró en un caso extremo, lo que tenemos que hacer nosotros en las cosas pequeñas.

El perdón es la llave de la felicidad, en estos tiempos de tantas injusticias, de tanto sufrimiento, el perdón es un bálsamo necesario para acabar con toda enfermedad e injusticia.

No perdonar va en contra de nosotros mismos, pues es una ley que lo que damos recibimos.

No hay que esperar a morir, para ser juzgados. Aquí y ahora nosotros mismos nos estamos juzgando y condenando cuando lo hacemos con los demás.

El cielo y el infierno están aquí y nosotros en cada acto estamos decidiendo por el uno u el otro.

No hay ningún Dios que nos juzgue, Él como en la parábola del hijo pródigo, solo está esperando que decidamos volver a casa, para ofrecernos el mejor banquete.

Si de verdad deseamos la verdadera Paz, debemos aprender a perdonar de corazón, a no mantener ni el más mínimo resentimiento contra nadie, a estar dispuestos a tenderle la mano a nuestro peor enemigo.

Alguien dijo alguna vez algo así como: “Si tienes un enemigo, guárdalo como un tesoro”, pues él puede mostrarte tu parte más oscura, él te puede ayudar a sanar si aprendes a mirar y al no atacarle le estas ayudando a sanar.

Perdonar es una elección, los beneficios de tal acción son inmensos, en cada uno reside el poder de decidir hacerlo o no.

Culpar a los demás, es castigarse a sí mismo, perdonar a los demás es perdonarse a sí mismo.

Podemos disfrutar del paraíso aquí en la tierra y deberíamos hacerlo, la clave está siempre en nosotros mismos.

El mundo externo nos grita diciendo basta ya, por favor, tomad conciencia, os lo estáis haciendo a vosotros mismos, podéis elegir de nuevo y tomar el camino con corazón.

Ya va siendo hora de dejar atrás el ojo por ojo y diente por diente, ya va siendo hora de ver por fin un mundo nuevo.

Abrazos sin tiempo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Mi Gran Familia la Humanidad

Querida Gran Familia

Escribo esta carta a mi Gran familia, no solo a mi pequeña familia de sangre, también a mi Gran familia humana.

No sé si nacimos ciegos o si el mundo nos fue enseñando a serlo, el caso es que vivimos una vida llena sufrimientos, miedos y represión.

Ya de niños se nos llena la cabeza de normas, de ideas equivocadas sobre lo que está bien o mal, pero ¿Cómo pueden enseñar los ciegos lo que no pueden ver?

Luego cuando somos jóvenes solo nos interesa la diversión y nunca hay suficiente.

Cuando somos adultos dejamos la diversión a un lado y nos llenamos de responsabilidades, nos hipotecamos de por vida y en vez de disfrutar el instante presente nos pasamos media vida pensando o bien en el pasado ó en el futuro, en las próximas vacaciones, en cuando nos jubilemos o en que nuestra muerte sea una muerte rápida y no dolorosa.

Queremos cambiar el mundo desde unos parámetros aprendidos equivocados, desde nuestra propia ceguera y claro es imposible no reproducir una y otra vez los mismos errores, cada vez a escalas más grandes.

Sufrimos innecesariamente, por cualquier cosa, nos saturamos o nos hundimos con una facilidad asombrosa. Somos inconscientes del Gran regalo de la vida y rara vez vivimos el momento presente y rara vez vivimos nuestra propia vida.

Nos ofendemos con una facilidad pasmosa, estamos continuamente dándonos cabezazos contra la pared y somos incapaces de escuchar a quienes nos dicen que eso no es necesario.

Damos por hecho que la vida es eso que creemos, no nos atrevemos a cuestionarnos si hay otras maneras y nos convertimos en esclavos, de un trabajo, adictos a cualquier droga y finalmente cansados y vacíos esperamos a la muerte para descansar en paz.

¿Qué es lo que me gustaría deciros?

Que la ignorancia es la Gran enfermedad del mundo. Cada vez se dice más que somos hijos de Dios, que somos uno, que todo el poder reside dentro de nosotros, pero realmente no nos lo creemos, tenemos el altar lleno de Dioses, está el Dios dinero, el Dios placer, el Dios pareja, el Dios hijos, el Dios casa, el Dios coche, el Dios externo, Los Dioses de Luz, los Santos, las medicinas, los maestros y un largo etc…, pero ¿Dónde está  Dios en nosotros?, ¿Porqué seguimos buscándolo fuera, porqué seguimos dependiendo de tantos Dioses externos, porqué no aprendemos a confiar en nuestra propia guía interna?

Para poder empezar a ver de forma distinta, lo primero es reconocer que estamos equivocados, sin este paso seguiremos dando palos de ciego y seguiremos justificando todos los golpes que nos demos a nosotros mismos o a los demás.

El mundo es el resultado de nuestras acciones, en el podemos mirar que es lo que estamos haciendo con nuestra vida. El mundo es nuestra creación compartida. Querer arreglar la creación no es la solución, eso es solo poner parches, si la creación está mal hecha lo que hay que hacer es sanar al creador.

Es muy fácil echar la culpa a  gobiernos, médicos, científicos, profesores, iglesias, bancos, grandes multinacionales etc.…, (o sea, a los demás) pero eso, es solo no querer tomar responsabilidad, no atreverse a mirar dentro de cada uno, como estamos contribuyendo a ese caos, a esa devastación, a tanta desolación y sufrimiento.

Si nos atrevemos a preguntarnos a nosotros mismos, como estamos contribuyendo a que sigan sucediendo cosas como las guerras, las hambrunas, el exterminio de muchas especies, la explotación del planeta y tantas atrocidades que suceden en el mundo y decidiésemos poner fin a todas esas actuaciones en nuestras propias vidas, en las cuales estamos obrando a favor de todo aquello que queremos ver erradicado, entonces y solo entonces es cuando estamos contribuyendo a sanar al creador de nuestro propio mundo y entonces y solo entonces es cuando externamente se pueden empezar a ver cambios externos reales y verdaderos.

Es muy fácil ver como el mundo está dirigido por el miedo y los efectos son muy evidentes. ¿Pero quien dirige nuestras vidas?

En cada acción de nuestra vida, elegimos con quien vamos a actuar y generalmente no somos conscientes de que consejero elegimos.

Solo hay dos “consejeros” posibles el Amor y el Miedo. El miedo es la ausencia de Amor.

Cuando por ejemplo elegimos una profesión por tener un futuro asegurado, o porque vamos a ganar mucho dinero etc., estamos eligiendo al consejero del miedo y con él, solo construimos castillos en el aire, que tarde o temprano se derrumbarán, trayendo desolación y sufrimiento.

Cuando elegimos una pareja, porque es lo que tenemos que tener, o por no quedarnos solos o porque nos falta algo etc., también estamos eligiendo al consejero del miedo y es que el amor en minúsculas tal y como lo conocemos en la tierra, no tiene nada que ver con el Amor en mayúsculas y también está apoyado por el consejero del miedo.

El amor que conocemos no se debería llamar amor, pues el verdadero Amor, es incondicional y es para siempre, no cambia a través del tiempo, no juzga, no intenta cambiar al otro, lo acepta tal y como es, no chantajea y solo da si a cambio recibe, no necesita contratos, ni la aprobación de nadie. El amor no es Amor pues necesita de otro, por lo tanto no está completo y niega el verdadero Amor en sí mismo.

No se puede encontrar el Amor fuera si no se a encontrado en uno mismo. No hemos entendido los cuentos que nos hablaban de príncipes y princesas. La verdadera felicidad no depende de NADA externo. El complemento que creemos que nos falta para “ser felices y comer perdices”, está dentro de nosotros y solo cuando hemos encontrado ese complemento interno, solo entonces podremos compartir Amor verdadero.

La vida es un regalo maravilloso, dejarse atrapar por el fantasma del miedo, es abrirle la puerta al sufrimiento.

Ser como el bambú, que no resiste las tormentas, que se dobla y no lucha y que cuando pasa la tempestad vuelve a su lugar sin esfuerzo es un gran ejemplo que por nuestro bien, deberíamos llevar a cabo en cada “tormenta de nuestra vida”

Ser como un frutal que cuando llega su momento florece y da fruto sin esperar a quien le puede servir o si se va a perder, él nos puede enseñar lo que es el Amor.

Ser como cualquier animal, que hace todo lo posible por sacar sus crías adelante, pero cuando eso no sucede, sigue adelante y no se queda atrapado en el pasado, nos puede enseñar que la vida siempre sigue adelante, que no hay que atarse a nada, que hay que ser desprendido, que haciendo lo mejor que sabemos ya estamos cumpliendo, que si en algo hemos fallado, tenemos la oportunidad si seguimos delante, de hacerlo mejor.

Consideramos que el reino humano es lo más elevado del mundo que conocemos, sin embargo todo lo que necesitamos, lo podemos aprender de esos otros reinos que consideramos inferiores. ¿No es eso una paradoja?

Vivir sin miedo es una elección, no hacer caso a cualquier pensamiento que venga de ese consejero es una alternativa y en principio puede parecer difícil, pero es como cuando uno decide dejar de fumar, hay quien está todo una vida echando de menos el cigarrillo y hay quien lo tiene muy claro, dice que ya no más y lo suelta completamente para siempre, esa capacidad la tenemos todos dentro, podemos decidir vivir sin miedo y deberíamos hacerlo para erradicar definitivamente el sufrimiento, primero de nuestras vidas y luego del mundo que percibimos.

Si hoy fuese mi último día y tuviese que resumir brevemente un mensaje para toda mi Gran familia humana, les diría:

Mis Amados hermanos, la vida es un inmenso regalo, si no lo veis solo os habéis cegado por un instante, creed en ello y se os manifestara. No permitáis que el miedo dirija vuestras vidas, levantaros cada vez que os caigáis, dad gracias por todos los regalos que la vida  os pone delante, aprended a amaros a vosotros mismos y luego extenderlo a todo aquel que la vida os ponga delante, nunca perdáis la confianza de que en cada paso del camino siempre tenéis la ayuda que necesitáis disponible. Disfrutad la experiencia, dejad de juzgar, bendecid todo lo que os rodea, pedid ayuda cuando la necesitéis, conoceros a vosotros mismos, perdonad sinceramente cualquier ofensa y Amad sin condiciones todo cuanto existe, pues no hay nada en el universo que no contenga la luz que reside dentro de cada uno.

Somos navegantes del espacio que viajamos en la nave tierra, solo por un instante muy pequeño en el tiempo.

En la eternidad de la que venimos y a la cual volveremos, esto que llamamos vida es solo un segundo del tiempo.

Disfrutad del viaje, llevad la luz a cada rincón de vuestra mente,  a cada acción de vuestra vida, reconoced quienes sois y dejad que vuestras acciones hablen por vosotros.


Os Amo incondicionalmente. Feliz viaje.