jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Y que pasaría si...?

¿Y que pasaría si…?

¿Que pasaría si nos quedásemos sin electricidad, sin petróleo, sin gas.?

¿Qué pasaría si desapareciesen las medicinas, la tecnología?

¿Qué pasaría si no hubiera coches, aviones, barcos?

¿Qué haríamos sin Internet, sin móviles, sin TV, ni radio, ni periódicos?

¿Qué pasaría si no hubiese fronteras, si no hubiese gobiernos, si no hubiese armas?

Podría seguir pasando lo mismo que está pasando, podríamos seguir matándonos, podríamos seguir luchando por tener más que el otro, podríamos seguir queriendo cambiar a los demás y no aceptando las diferencias, podríamos seguir sacando la parte más oscura, seguir sufriendo y morir amargados y vacíos.

Pero también podríamos decidir disfrutar ese momento, podríamos aprovechar todo ese tiempo del que dispondríamos para relacionarnos con los demás, para apoyarnos a salir adelante, para cuidar de nuestros padres, hijos y abuelos.

Podríamos aprovechar para estar más unidos, no solo a nivel de familia, en todos los niveles.

Para ser felices no hace falta muchas cosas, no hace falta ser esclavo de posesiones, con muy poco puedes tenerlo todo.

Primero se es Feliz y luego se tiene o no se tiene todo lo demás y no al revés.

Si no tengo ni electricidad ni petróleo, quizás tenga que usar mis manos, quizás tenga que seguir el ritmo de la naturaleza.

Si no tengo medios de transporte, quizás tenga que moverme hasta donde me lleven mis propias piernas.

Si no tengo internet, ni teléfono, ni TV, ni radio, quizás deba estar más tiempo con la familia, con los amigos, con los vecinos.

Si no hay gobiernos, quizás aprendas a gobernar a mi propia vida, podría hacerme responsable de ella.

Si no hay medicinas, podría darme cuenta que toda medicina está dentro de mí, que nada externo puede afectarme si yo no le cedo ese poder.

No hace falta que nada de lo que conocemos desaparezca, para darnos cuenta de quienes somos, pero en gran medida todas esas comodidades son juguetes que nos mantienen distraídos y nos nublan la visión.

Somos seres eternos y esta vida es solo un lapso en el tiempo. Somos todos hermanos y cada uno en su interior alberga algo excepcional, único.

No hay nada que temer, la muerte no existe, el cuerpo es solo un traje que se cambia cuando ha cumplido su función.

El miedo es el causante de todo sufrimiento, es hora de decirle adiós definitivamente, para siempre, sea lo que sea que se nos presente.

Si nuestro ser más querido se nos adelanta, despidámoslo con alegría y soltemos todo dolor. Si nos echaron del trabajo o no lo tenemos, no perdamos nunca la confianza que siempre tendremos lo que realmente necesitemos.

Si aparece un león fiero y hambriento y no podemos escaparnos, rindámonos y ofrezcámonos de alimento, demos gracias por lo que hemos vivido y recordemos que ahí no se acaba nada, estemos abiertos al siguiente paso.

Sea lo que sea que pueda pasarnos, aunque pueda parecernos que es insufrible, eso no es nuestra realidad, eso pasará y cada menos lo resistamos menos sufriremos.

El mundo no es tan serio como nos lo pintan, el mundo es una gran obra de teatro. Muchos son los que eligen vivir el drama y llevarlo hasta el final de sus vidas, también hay quién acepta este viaje como lo que es y lo disfruta sin pretenderlo cambiar y se maravilla de todos los milagros que le rodean, pues todo lo que vemos, oímos, tocamos, olemos o saboreamos, son manifestaciones de la conciencia.

Es un gran regalo estar en el mundo a pesar del caos aparente, al cual le tenemos que estar muy agradecidos pues sin el, seguiríamos dormidos, ciegos y moriríamos vacíos.

Solo queremos tener maestros que dicen palabras muy bonitas y armónicas, pero también son maestros, aquellos que sacan lo peor de nosotros, ellos son los que nos pasan el examen a ver si es real lo que decimos ó creemos haber aprendido.

Es hora ya de darles gracias a todos aquellos que no entendemos, a quienes nos sacan de nuestras casillas, a quienes no queremos ver a nuestro lado, ellos han aceptado un papel en la obra que nosotros no quisiéramos para nosotros mismos, ellos también han olvidado quienes son, de donde vienen y a donde van. 

Ellos, necesitan nuestro Amor, nuestra comprensión, nuestra compasión.

Si hay un solo ser que no amamos incondicionalmente seguiremos sufriendo, pues no estaremos completos.

Es fácil amar a quien te da lo que tu quieres, pero que difícil es Amar a quien te ofende, a quien va en contra de tus principios, a quien no piensa como tú etc… Y sin embargo ahí es donde se nos pone a prueba de si realmente sabemos Amar.

Es fácil Amar al prójimo sea quien sea cuando no olvidamos que es nuestro hermano, cuando no juzgamos sus actos y comprendemos que él está haciendo lo mejor que sabe desde su nivel de conciencia y por lo tanto, lo aceptamos tal y como se muestra en ese instante.

Que suerte que tenemos, que tengamos la llave del fin del sufrimiento, de la Paz y del Amor, que no dependa de nada ni de nadie externo y que sea una lección tan sencilla.

Tanto tiempo buscando fuera y lo teníamos tan cerquita.

Ya sabes que te Amo, miraré la obra de teatro a ver tu papel y recordaré quien eres.


Abrazos sin tiempo.

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