recorrí el
mundo entero
y conocí una
chica,
que viajaba
en un perro.
El perro era
de goma
y avanzaba
en grandes saltos,
botaba y
rebotaba
y en las
alturas planeaba.
El mosquito
con seis dedos,
caminaba por
el viento
y se movía
deprisa,
me llevaba
bien contento.
La chica era
preciosa,
sonrisa
alegre y serena,
inquieta y
aventurera
y sobre todo
graciosa.
Nos
trasladamos al polo,
a
conocer las ballenas,
a subirnos a
sus lomos
y a bucear
con ellas.
El mosquito
surfeaba,
con un
delfín de seis alas.
El perro
chapoteaba
con una
morsa rayada.
Y llegó el
primer muchacho,
con muchas
ganas de aventura
y para
seguir viajando,
le buscamos
una montura.
Apareció un
elefante,
con alas en
vez de orejas,
que tocaba
con la trompa,
aquello que
le pidieras.
Y nos fuimos
a la selva,
para jugar
con leones, con tigres y con panteras,
para nadar
con cocodrilos
Y ver nacer
a las hienas.
Y nació una
nueva niña,
para
hacernos compañía
y para
llevarnos más lejos,
que eso es
lo que ella quería.
Montaba en
una hiena,
que era toda
una algarabía.
Se
propulsaba cantando
y madre como
corría.
Y conocimos
el mundo,
cada rincón
escondido
y fuimos
dejando amigos,
por cada
sitio pasado.
Montañas y
mares,
tierras
desiertas,
ciudades llenas
de gente,
nada quedó
pendiente.
Y apareció
un gran gusano,
con cara de
actor de circo,
con botas de
mil colores,
que nos
invitó a subirnos.
Subimos con
las monturas
y nos
despedimos del mundo.
Ahora
visitamos planetas,
saltamos de
estrella a estrella.
Seguimos
conociendo mundos,
seguimos
haciendo amigos,
exploramos
el universo
y seguimos,
siempre unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si tienes algo interesante que decir, sobre este tema, animate, deja un comentario.