Un día
perfecto es un día movido, un día rápido, un día vertiginoso.
Un día
perfecto no solo es aquél en que todo sale tal y como he soñado.
Un día
perfecto es aquél en que me encontraba perdido y seguí caminando, tropecé y
volví a levantarme, me hicieron daño y supe perdonarlo, nada tenía sentido y no
lo rechacé.
Un día
perfecto sonreí a la tristeza, atravesé los miedos, disfruté la tormenta.
Hoy, como
cualquier día, es un día perfecto, es tan fácil verlo, solo tengo que estar
abierto a ello, dar el primer paso, creer que no puede ser de otra manera.
Lo “peor”
que pueda pasarme, puede ser la lección más grande que tenga que aprender.
Saber que
hoy es un día perfecto, me abre las
puertas a mostrarme precisamente eso.
El primer
juicio que tenga de ello, me impide verlo, me cierra la puerta, me tapa los
ojos, me deja ciego.
Nada sucede
caóticamente, todo tiene su sentido. Cualquier experiencia puede mostrarme lo
más alto, lo más sublime independientemente del disfraz que se ponga.
Cuando no lo
veo, no quiere decir que no esté presente, que haya desaparecido, que se haya
esfumado.
El Amor
nunca se esconde, no puede no estar presente, sin Amor, nada existiría, no
habría nadie que pudiese decir que este día es imperfecto.
Solo quería
recordarme lo que yo mismo soy, llevar puesto siempre este traje, esta certeza,
para poder siempre verlo y no perderme detalle, para no cegarme en las subidas
o en las bajadas, para no perder la conciencia y caminar con sentido.
Quizás suene
arrogante, pero lo contrario es no querer reconocer mi verdadera identidad. Soy
perfecto incluso cuando me equivoco, cuando no soy impecable.
El hecho de
que a veces “falle”, solo indica que me he olvidado de quien soy, me he dejado
engañar por las apariencias, por un instante me he perdido a Mi mismo, pero ese
“error”, no mancha mi identidad, sigo siendo quien siempre fui incluso cuando
no lo recuerdo.
Si hay alguien
ahí fuera, no puede ser distinto de Mí. La creación se replica constantemente y
se pone una nueva máscara, cambia de escala y se hace microscópica o macroscópica,
pero lo que le da vida a ese microorganismo,
a esa galaxia, a este cuerpo es lo mismo. ¿No es eso acaso perfecto, no es
alucinante?
¿Quién soy
yo para decir desde mi minúscula isla lo que está bien o lo que está mal, lo
que le conviene a la humanidad o al mundo?
Fluir con la
vida no consiste en querer cambiarla, más bien en saber aceptarla, comprenderla
y ser parte de ella.
Hoy es un
día perfecto y decido verlo.
Abrazos sin
tiempo.
Precioso, honesto, gracias. Hoy es un dia perfecto!
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