que nadie
llore mi ausencia,
que se
celebre una fiesta,
que dure
cinco o seis días.
Que se
reciten poemas,
que se
escuche buena música,
que se baile
y que se cante,
con alegría
en las venas.
El día en
que yo me vaya,
mira al
cielo por la noche,
me verás
titilar
y sabrás que
cambié de traje.
Si llegas a
echarme de menos,
puedes ocupar
mi sitio,
puedes soltar
tus apegos,
e ir de
donde yo me he ido.
El día que yo
me vaya,
será un día
tranquilo,
la faena
estará hecha
y el deber
será cumplido.
No pasará
mucho tiempo,
en que
volvamos a vernos
y disfrutemos
juntos,
nuevos acontecimientos.
El día que
yo me vaya,
no me
traigas flores muertas,
pues no
quiero por compañía,
ni a la
muerte, ni a la agonía.
Traime tus
mejores versos,
traime tu
Amor y Alegría,
traime los mejores
recuerdos,
que brillen
como luz de día.
El día en
que yo me vaya,
me adelanto
a tu partida,
para dejar
lista tu casa,
Cuando te
toque alcanzarme.
Alegráte si
eso pasa,
entonces podré
volar,
abré vencido
a la muerte
y si lo
crees, me podrás oir cantar.
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