Las golondrinas no paraban de dar pasadas volando haciendo muchos quiebros, muy rápidas.
Las libélulas, en cuanto se paraban ahí se veía a la hormiga y entonces empezamos a ver montones de hormigas volando, me fijé y todas venían de la misma dirección, seguí su vuelo y me llevaron a un hormiguero cercano.
Había montones de hormigas sin alas mezcladas con hormigas con alas y allí estaban ellas despegando sin parar para darle un festín a las libélulas y las golondrinas.
Ver a las libélulas cazando es una pasada, la verdad que ese instante fué mágico.
Los pájaros nos mostraron las libélulas, estas a las hormigas voladoras y estas nos mostraron de donde venian.
Los milagros están en todas partes, solo hay que estar atento, caminar sin prisas y vivir el presente.
Mundos dentro de mundos.Gracias padre por el regalo.
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