Bajé un instante, me tosté una tostada, la cubrí con crema cacahuete, mermelada de arándanos, queso tierno de cabra y un poquito de aguacate.
Cogí una taza de leche de soja con mucho cola-cao, galletas y cruesli de frutos secos, me senté bajo la puerta de los alcornoques, disfruté como un niño y desaparecí.
Luego volví y había una cocina con gente y cuerpos hablando y Max y Lia habían desaparecido.Claro ell@s también probaron la tostada de la casa.
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